martes, 20 de abril de 2010

estampas nijareñas: incendio en San Isidro


Una soleada mañana en San Isidro. Se había declarado un incendio en una casa ocupada por inmigrantes. Se desataba la locura en el vecindario. Todo un gentío asistía, más expectante que atemorizado, a la inesperada reunión callejera. Alguien acercó una manguera que resultó ser demasiado corta, así que el Newton local irrumpió en la escena con otra manguera para unirla a la anterior, pero algo fallaba: era necesario que algo o alguien sostuviera el empalme. Las llamas y el humo cobraban más y más importancia. Los bomberos ya habían sido avisados, pero todo el mundo sabía que venían de lejos y tardarían en llegar. Lo más a mano que se encontró para sostener el empalme fue un niño gordito que andaba por allí. Y allí le colocaron, sosteniendo el empalme, empapándose sin rechistar, consciente de su importancia y del protagonismo que ésta le otorgaba. Cuando llegó el camión de bomberos, con sus sirenas, luces y avisos de todo tipo, lo hizo a espaldas del chaval-héroe. Venía a toda velocidad en la confianza, imagino, de que todo el mundo se retiraría de la calle. Pero el chaval no se enteraba de nada. Todas las marujas empezaron a chillarle que se quitara, pero el niño gordito no entendía nada. Se mascaba la tragedia. El camión de bomberos tuvo que pegar un frenazo considerable y el chaval soltó asustado el empalme...

1 comentario:

  1. PUES SI, YA SOMOS SEIS. ABRAZO HERMANO ISOTOPO Y LARGA VIDA AL PESCA & BLUES.
    y AL GORDITO DE LA MANGUERA.

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